ENTREVISTA
Comunicación médico paciente en el ámbito de la enfermedad de Parkinson
De sobra es sabido que el lenguaje es una capacidad exclusiva del ser humano que, más allá de haber condicionado su desarrollo, permite la comunicación y el intercambio de información entre individuos.
Dr. Eric Freire
Neurólogo del Hospital IMED Elche
Dentro del campo de la medicina, y en concreto en la enfermedad de Parkinson, esta comunicación es imprescindible para la adecuada interacción entre los pacientes y cuidadores con el médico especialista.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de la comunicación médico-paciente?
La enfermedad de Parkinson supone una condición nosológica muy heterogénea en la que los pacientes pueden manifestar síntomas muy diferentes entre sí.
Lógicamente, la comunicación del médico con los pacientes y familiares tiene que seguir un flujo bidireccional. Por ello, aunque es imprescindible una adecuada capacidad para transmitir la información por parte del profesional sanitario, no es menos importante la necesidad de dar a conocer las inquietudes y preocupaciones que presentan los propios pacientes.
«Revisar todos estos diarios el día previo de la visita permitirá realizar un resumen que englobe todos aquellos aspectos que el paciente considere de mayor relevancia, asegurándose así un flujo dinámico en la consulta que evite los problemas relacionados con la falta de tiempo de la misma.»
A pesar de que durante la valoración se realizan múltiples preguntas para conocer la situación clínica de los enfermos, no es infrecuente que algunos síntomas puedan ser planteados de una forma insuficiente durante la visita.
La realización de diarios en el período entre visitas ayuda a conocer las preocupaciones y dudas que puedan presentarse en el curso de la enfermedad, facilitando así la preparación de la visita por parte de los pacientes con el fin de evitar que puedan quedar dudas sin resolver en el transcurso de la misma.
Revisar todos estos diarios el día previo de la visita permitirá realizar un resumen que englobe todos aquellos aspectos que el paciente considere de mayor relevancia, asegurándose así un flujo dinámico en la consulta que evite los problemas relacionados con la falta de tiempo de la misma.
Otro de los aspectos importantes de esta comunicación es la empatía generada por parte del médico, ayudando así a que el paciente se sienta cómodo de cara a plantear todas aquellas dudas que presente, así como para tener la confianza de preguntar todo aquello que no haya entendido correctamente.
¿Por qué es importante prestar atención a esta comunicación y cuál es la mejor forma de hacerlo?
Es muy recomendable que el paciente acuda a la consulta acompañado de otra persona cercana con el fin de completar la información aportada y, a su vez, comprender las pautas dadas por el médico.
No obstante, y siempre que sea posible, debe ser el propio paciente el protagonista de la conversación, siendo una figura complementaria la del familiar o cuidador.
El médico juega un papel importante en este campo haciendo que el paciente pueda transmitir todos aquellos cambios que haya percibido durante el transcurso desde la última visita de una forma clara, franca y concisa, sin sentir vergüenza o remordimiento.
Esta franqueza en la comunicación es de suma importancia en algunos aspectos como el trastorno de control de impulsos, no siendo infrecuente que tanto el paciente como el familiar estén cohibidos ante determinadas preguntas o sientan pudor a la hora de transmitir determinadas circunstancias.
Como ya se ha comentado, la comunicación en la consulta médica debe ser bidireccional y aquí cobra una especial importancia la capacidad de comprensión por parte del paciente. Preparar la consulta de forma exhaustiva puede hacer que se centre toda la atención durante la visita en no olvidar las preguntas que se quieren plantear, dejando inconscientemente en un segundo plano o mostrando menos interés por las recomendaciones o pautas que se puedan recibir.
En relación con estas pautas ofrecidas, es labor del profesional sanitario garantizar la adecuada comprensión de las mismas propiciando el realizar todas las preguntas necesarias por la otra parte. Pero también es responsabilidad del paciente y acompañante la atención suficiente durante las explicaciones y hacer las preguntas necesarias para responder a las dudas que puedan generarse.
¿Cómo debe ser la comunicación entre el médico y el paciente?
No debe olvidarse que el objetivo de toda comunicación es el transmitir información o conocimiento y para ello es evidente que el médico debe mantener un lenguaje sencillo acorde al nivel cultural del paciente.
«Creo imprescindible hacer mención al importantísimo papel de las asociaciones en el seguimiento y comprensión de la enfermedad de Parkinson por parte de los pacientes y cuidadores.»
La efectividad de la comunicación también debe tenerse en cuenta por parte del paciente y acompañantes, intentando transmitir de forma directa todo aquello que quiera plantearse durante la consulta. Un lenguaje redundante lleno de información innecesaria sólo puede condicionar una mala interpretación por parte del facultativo, generando problemas a la hora de identificar la preocupación real del paciente.
Una comunicación efectiva es aquella en la que un mensaje pueda ser transmitido, recibido y comprendido, evitando una alteración del objetivo final. Y este concepto tiene una gran relevancia en el ámbito de la consulta médica, siendo algo que debe cuidarse por ambas partes.
Y después de la consulta, ¿qué consejos podrían darse?
Como paciente es muy recomendable realizar una reflexión de lo acontecido durante la consulta, al y fin y al cabo, meditar sobre un asunto siempre favorece su comprensión e interiorización.
Aunque parezca una obviedad, también es importante leer detenidamente el informe clínico y seguir las recomendaciones o pautas que en él se establecen, pudiendo realizarse anotaciones personales que eviten confusiones futuras. Aunque lo ideal es que no se hayan quedado temas sin tratar durante la valoración, en caso de que existiera alguno debe anotarse adecuadamente para poder plantearlo en la siguiente consulta.
Y, para finalizar, ¿qué pautas o consejos podrían darse al paciente y cuidador relacionados con la consulta médica?
Como resumen de todo lo anterior, creo que algunos de los mensajes más importantes serían los siguientes:
- Preparar la visita de forma adecuada en el domicilio para comunicar todo lo necesario durante la consulta.
- Dejar la vergüenza a un lado a la hora de transmitir los problemas o inquietudes durante la consulta.
- Preguntar todas las dudas que puedan generarse en relación con las pautas o informaciones dadas por el médico.
- Y, para el cuidador o familiar: acompañar, apoyar y aportar información complementaria, favoreciendo el papel protagonista del enfermo en la interacción con el médico.
Al margen de todo lo anterior, creo imprescindible hacer mención al importantísimo papel de las asociaciones en el seguimiento y comprensión de la enfermedad de Parkinson por parte de los pacientes y cuidadores. Interactuar con otras personas afectas de la misma patología, con sus inquietudes y problemas, así como con los profesionales que participan en las asociaciones, suponen un apoyo fundamental durante la evolución de la enfermedad.
Dentro del campo de la medicina, y en concreto en la enfermedad de Parkinson, esta comunicación es imprescindible para la adecuada interacción entre los pacientes y cuidadores con el médico especialista.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de la comunicación médico-paciente?
La enfermedad de Parkinson supone una condición nosológica muy heterogénea en la que los pacientes pueden manifestar síntomas muy diferentes entre sí.
Lógicamente, la comunicación del médico con los pacientes y familiares tiene que seguir un flujo bidireccional. Por ello, aunque es imprescindible una adecuada capacidad para transmitir la información por parte del profesional sanitario, no es menos importante la necesidad de dar a conocer las inquietudes y preocupaciones que presentan los propios pacientes.
«Revisar todos estos diarios el día previo de la visita permitirá realizar un resumen que englobe todos aquellos aspectos que el paciente considere de mayor relevancia, asegurándose así un flujo dinámico en la consulta que evite los problemas relacionados con la falta de tiempo de la misma.»
A pesar de que durante la valoración se realizan múltiples preguntas para conocer la situación clínica de los enfermos, no es infrecuente que algunos síntomas puedan ser planteados de una forma insuficiente durante la visita.
La realización de diarios en el período entre visitas ayuda a conocer las preocupaciones y dudas que puedan presentarse en el curso de la enfermedad, facilitando así la preparación de la visita por parte de los pacientes con el fin de evitar que puedan quedar dudas sin resolver en el transcurso de la misma.
Revisar todos estos diarios el día previo de la visita permitirá realizar un resumen que englobe todos aquellos aspectos que el paciente considere de mayor relevancia, asegurándose así un flujo dinámico en la consulta que evite los problemas relacionados con la falta de tiempo de la misma.
Otro de los aspectos importantes de esta comunicación es la empatía generada por parte del médico, ayudando así a que el paciente se sienta cómodo de cara a plantear todas aquellas dudas que presente, así como para tener la confianza de preguntar todo aquello que no haya entendido correctamente.
¿Por qué es importante prestar atención a esta comunicación y cuál es la mejor forma de hacerlo?
Es muy recomendable que el paciente acuda a la consulta acompañado de otra persona cercana con el fin de completar la información aportada y, a su vez, comprender las pautas dadas por el médico.
No obstante, y siempre que sea posible, debe ser el propio paciente el protagonista de la conversación, siendo una figura complementaria la del familiar o cuidador.
El médico juega un papel importante en este campo haciendo que el paciente pueda transmitir todos aquellos cambios que haya percibido durante el transcurso desde la última visita de una forma clara, franca y concisa, sin sentir vergüenza o remordimiento.
Esta franqueza en la comunicación es de suma importancia en algunos aspectos como el trastorno de control de impulsos, no siendo infrecuente que tanto el paciente como el familiar estén cohibidos ante determinadas preguntas o sientan pudor a la hora de transmitir determinadas circunstancias.
Como ya se ha comentado, la comunicación en la consulta médica debe ser bidireccional y aquí cobra una especial importancia la capacidad de comprensión por parte del paciente. Preparar la consulta de forma exhaustiva puede hacer que se centre toda la atención durante la visita en no olvidar las preguntas que se quieren plantear, dejando inconscientemente en un segundo plano o mostrando menos interés por las recomendaciones o pautas que se puedan recibir.
En relación con estas pautas ofrecidas, es labor del profesional sanitario garantizar la adecuada comprensión de las mismas propiciando el realizar todas las preguntas necesarias por la otra parte. Pero también es responsabilidad del paciente y acompañante la atención suficiente durante las explicaciones y hacer las preguntas necesarias para responder a las dudas que puedan generarse.
¿Cómo debe ser la comunicación entre el médico y el paciente?
No debe olvidarse que el objetivo de toda comunicación es el transmitir información o conocimiento y para ello es evidente que el médico debe mantener un lenguaje sencillo acorde al nivel cultural del paciente.
«Creo imprescindible hacer mención al importantísimo papel de las asociaciones en el seguimiento y comprensión de la enfermedad de Parkinson por parte de los pacientes y cuidadores.»
La efectividad de la comunicación también debe tenerse en cuenta por parte del paciente y acompañantes, intentando transmitir de forma directa todo aquello que quiera plantearse durante la consulta. Un lenguaje redundante lleno de información innecesaria sólo puede condicionar una mala interpretación por parte del facultativo, generando problemas a la hora de identificar la preocupación real del paciente.
Una comunicación efectiva es aquella en la que un mensaje pueda ser transmitido, recibido y comprendido, evitando una alteración del objetivo final. Y este concepto tiene una gran relevancia en el ámbito de la consulta médica, siendo algo que debe cuidarse por ambas partes.
Y después de la consulta, ¿qué consejos podrían darse?
Como paciente es muy recomendable realizar una reflexión de lo acontecido durante la consulta, al y fin y al cabo, meditar sobre un asunto siempre favorece su comprensión e interiorización.
Aunque parezca una obviedad, también es importante leer detenidamente el informe clínico y seguir las recomendaciones o pautas que en él se establecen, pudiendo realizarse anotaciones personales que eviten confusiones futuras. Aunque lo ideal es que no se hayan quedado temas sin tratar durante la valoración, en caso de que existiera alguno debe anotarse adecuadamente para poder plantearlo en la siguiente consulta.
Y, para finalizar, ¿qué pautas o consejos podrían darse al paciente y cuidador relacionados con la consulta médica?
Como resumen de todo lo anterior, creo que algunos de los mensajes más importantes serían los siguientes:
- Preparar la visita de forma adecuada en el domicilio para comunicar todo lo necesario durante la consulta.
- Dejar la vergüenza a un lado a la hora de transmitir los problemas o inquietudes durante la consulta.
- Preguntar todas las dudas que puedan generarse en relación con las pautas o informaciones dadas por el médico.
- Y, para el cuidador o familiar: acompañar, apoyar y aportar información complementaria, favoreciendo el papel protagonista del enfermo en la interacción con el médico.
Al margen de todo lo anterior, creo imprescindible hacer mención al importantísimo papel de las asociaciones en el seguimiento y comprensión de la enfermedad de Parkinson por parte de los pacientes y cuidadores. Interactuar con otras personas afectas de la misma patología, con sus inquietudes y problemas, así como con los profesionales que participan en las asociaciones, suponen un apoyo fundamental durante la evolución de la enfermedad.