TOMA EL CONTROL
EL ictus, una enfermedad demasiado desconocida y altamente discapacitante
además de terapias rehabilitadoras de todo tipo, la asociación ofrece atención psicosocial individual, grupos de autoayuda e información sobre el parkinson en diferentes formatos.
Por Julio Agredano Lozano. Presidente de la Fundación Freno al ICTUS y paciente de ictus desde los 39 años.
www.frenoalictus.org
Me gustaría comenzar esta serie de artículos sobre el ictus poniendo en situación al lector: según reciente clasificación de la Organización Mundial de la Salud (01 de Enero de 2022) el ictus es una enfermedad clasificada como enfermedad del sistema nervioso. Esta enfermedad cerebrovascular limita la llegada de sangre al cerebro y por lo tanto provoca un daño neuronal, lo que puede traducirse en secuelas físicas, cognitivas o conductuales.3 Es importante no confundir el ictus con una enfermedad cardiovascular como puede ser el infarto de corazón, la identificación y el tratamiento es completamente diferente.
El coste social del ictus representa más de 6.000 millones de euros al año, aproximadamente el 5% del gasto sanitario público.4 Posiblemente este dato por sí solo no te llame la atención, pero si te digo que el ICTUS es desde hace años la primera causa de muerte en la mujer,2 tal vez ayude a entender la dimensión del problema. ¿Por cierto, lo conocías? la mayoría de la gente tampoco.
Amplio impacto social del ictus
En nuestro país surgen 110.000 casos anuales.1 Podemos visualizar su dimensión si pensamos en la población de algunas de las ciudades de España de menos de 110.000 habitantes, como Cádiz, Jaén, Orense, Santiago de Compostela, Guadalajara o Toledo. Imagina que en cualquiera de ellas el 100% de sus vecinos hubieran sufrido la enfermedad. Visto de esta forma ¿no resulta impactante?
El ictus por desgracia no es una enfermedad en retroceso. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades vasculares son la primera causa de mortalidad a nivel mundial. Se estima un incremento del 35% de casos de ictus en Europa de aquí a 15 años.2
El ictus representa hoy en España cuatro veces más de mortalidad que el cáncer de mama y 17 veces más que las muertes provocadas por accidente de tráfico. Una de cada seis personas en el mundo sufrirá un ictus a lo largo de su vida. ¿Todavía crees que es una enfermedad que no te afecta? La pregunta es si conoces algún caso cercano y la respuesta con casi total seguridad será sí. Por desgracia todo el mundo tiene su propia historia con la enfermedad.
Además, el ictus es una de esas enfermedades que te puede provocar la muerte, pero que si sobrevives lo habitual es que padezcas algún tipo de secuela discapacitante, impeditiva e incluso dependiente. El ictus es la primera causa mundial de discapacidad adquirida en el adulto, con el consiguiente impacto personal, familiar y social.3
”En nuestro país se producen 110.000 casos anuales: más población que ciudades de España como Cádiz, Jaén, Orense, Santiago de Compostela, Guadalajara o Toledo.1”
Prevenir el ictus: la mejor medida de salud
La buena noticia es que el ictus es una enfermedad altamente prevenible. El 90% de los ictus se deben a factores ligados a estilos de vida poco saludables, es decir factores que podemos corregir y cambiar. Debemos huir del sedentarismo, hacer dieta sana y equilibrada, eliminar el tabaco y el alcohol, realizar revisiones médicas periódicas para detectar problemas de corazón e hipertensión y tomarnos la vida con más calma. Con ello estaremos en mejor situación para evitar el ictus.5
Como he comentado al principio del artículo, el ictus puede provocar secuelas físicas, cognitivas o conductuales, entre otras. También es causa de hemiplejia, hemiparesia, espasticidad, problemas de visión, dolor de cabeza permanente, problemas de equilibrio y coordinación, afasia tanto de expresión como de comprensión, problemas de memoria, apatía, procesos depresivos, cansancio extremo, problemas de lógica, cambios de carácter, de deglución, de relacionamiento… Es decir, de todo.
Nuestro cerebro controla todas nuestras funciones: físicas, intelectuales y emocionales. Por lo tanto, un daño cerebral que afecte a cualquier parte de nuestro cerebro puede provocar secuelas de muchos tipos y con diferente grado de discapacidad y de dependencia.
Por fortuna, la ciencia ha avanzado mucho en estos últimos años y gracias a la rehabilitación temprana y al uso de las tecnologías, se consiguen recuperar alguna de las capacidades que el daño cerebral provocó.
También la incorporación de tratamientos que mejoran alguna de las secuelas permanentes han supuesto una clara mejoría en la calidad de vida del paciente. En muchos casos se alcanza un buen nivel de autonomía, lo que facilita la inclusión en el entorno personal, social y laboral.
”El 90% de los ictus se deben a factores modificables ligados a estilos de vida poco saludables, es decir factores que podemos corregir y cambiar.2”
Al menor signo de ictus, actúa rápido
De todos modos, el mejor ictus es aquel que no deja secuelas y hay que conocer la importancia de reaccionar a tiempo ante esta enfermedad. Para ello es importante que la población sepa identificar y actuar en caso de que se detecten señales de alarma a su alrededor:2
- 1. Parálisis y debilidad facial. Pida a la persona que sonría
- 2. Problemas de fuerza en un lado del cuerpo. Indíquele que levante los brazos.
- 3. Problemas del lenguaje. Solicite una respuesta a una pregunta sencilla.
Si ante cualquiera de estos controles notamos una reacción anormal, hay que actuar. Lo siguiente es llamar a los servicios de emergencia (112) y activar el protocolo “código ictus”.2 Recuerde que al hospital te deben llevar los servicios de emergencia porque todos los hospitales no están preparados para atender un ictus y los que están preparados no están siempre de guardia. El 112 son los únicos que conocen el hospital adecuado en cada momento.
No me gustaría olvidarme del entorno, de la familia y del cuidador principal de un afectado de ictus. Esta enfermedad no la padece en exclusiva el paciente: la vive y la sufre su entorno. En ocasiones provoca un impacto enorme en el núcleo familiar y social. Recuerda, el ictus nos impacta a todos.
Como ves, puedes hacer mucho para reducir el impacto del ictus en la sociedad. Si quieres conocer más sobre la enfermedad, cómo prevenirla y cómo actuar te invito a ver y compartir este video informativo: https://www.youtube.com/watch?v=DVL-ILFWiaI&t=5s
Por ti, por los tuyos, #frenoalictus.
referencias
1. La realidad del daño cerebral.pdf
2. https://www.frenoalictus.org/
3. https://www.sen.es/pdf/guias/Guia_oficial_para_el_diagnostico_y_tratamiento_del_ictus_2006.pdf
4. https://www.sen.es/images/2020/atlas/Atlas_del_Ictus_de_Espana_version_web.pdf
5. https://www.stroke.org.uk/what-is-stroke/what-can-i-do-to-reduce-my-risk
6. https://www.ine.es/jaxiT3/Datos.htm?t=7947
7. https://www.sen.es/actividades/91-articulos/2617-el-atlas-del-ictus
Me gustaría comenzar esta serie de artículos sobre el ictus poniendo en situación al lector: según reciente clasificación de la Organización Mundial de la Salud (01 de Enero de 2022) el ictus es una enfermedad clasificada como enfermedad del sistema nervioso. Esta enfermedad cerebrovascular limita la llegada de sangre al cerebro y por lo tanto provoca un daño neuronal, lo que puede traducirse en secuelas físicas, cognitivas o conductuales.3 Es importante no confundir el ictus con una enfermedad cardiovascular como puede ser el infarto de corazón, la identificación y el tratamiento es completamente diferente.
El coste social del ictus representa más de 6.000 millones de euros al año, aproximadamente el 5% del gasto sanitario público.4 Posiblemente este dato por sí solo no te llame la atención, pero si te digo que el ICTUS es desde hace años la primera causa de muerte en la mujer,2 tal vez ayude a entender la dimensión del problema. ¿Por cierto, lo conocías? la mayoría de la gente tampoco.
Amplio impacto social del ictus
En nuestro país surgen 110.000 casos anuales.1 Podemos visualizar su dimensión si pensamos en la población de algunas de las ciudades de España de menos de 110.000 habitantes, como Cádiz, Jaén, Orense, Santiago de Compostela, Guadalajara o Toledo. Imagina que en cualquiera de ellas el 100% de sus vecinos hubieran sufrido la enfermedad. Visto de esta forma ¿no resulta impactante?
El ictus por desgracia no es una enfermedad en retroceso. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades vasculares son la primera causa de mortalidad a nivel mundial. Se estima un incremento del 35% de casos de ictus en Europa de aquí a 15 años.2
El ictus representa hoy en España cuatro veces más de mortalidad que el cáncer de mama y 17 veces más que las muertes provocadas por accidente de tráfico. Una de cada seis personas en el mundo sufrirá un ictus a lo largo de su vida. ¿Todavía crees que es una enfermedad que no te afecta? La pregunta es si conoces algún caso cercano y la respuesta con casi total seguridad será sí. Por desgracia todo el mundo tiene su propia historia con la enfermedad.
Además, el ictus es una de esas enfermedades que te puede provocar la muerte, pero que si sobrevives lo habitual es que padezcas algún tipo de secuela discapacitante, impeditiva e incluso dependiente. El ictus es la primera causa mundial de discapacidad adquirida en el adulto, con el consiguiente impacto personal, familiar y social.3
”En nuestro país se producen 110.000 casos anuales: más población que ciudades de España como Cádiz, Jaén, Orense, Santiago de Compostela, Guadalajara o Toledo.1”
Prevenir el ictus: la mejor medida de salud
La buena noticia es que el ictus es una enfermedad altamente prevenible. El 90% de los ictus se deben a factores ligados a estilos de vida poco saludables, es decir factores que podemos corregir y cambiar. Debemos huir del sedentarismo, hacer dieta sana y equilibrada, eliminar el tabaco y el alcohol, realizar revisiones médicas periódicas para detectar problemas de corazón e hipertensión y tomarnos la vida con más calma. Con ello estaremos en mejor situación para evitar el ictus.5
Como he comentado al principio del artículo, el ictus puede provocar secuelas físicas, cognitivas o conductuales, entre otras. También es causa de hemiplejia, hemiparesia, espasticidad, problemas de visión, dolor de cabeza permanente, problemas de equilibrio y coordinación, afasia tanto de expresión como de comprensión, problemas de memoria, apatía, procesos depresivos, cansancio extremo, problemas de lógica, cambios de carácter, de deglución, de relacionamiento… Es decir, de todo.
Nuestro cerebro controla todas nuestras funciones: físicas, intelectuales y emocionales. Por lo tanto, un daño cerebral que afecte a cualquier parte de nuestro cerebro puede provocar secuelas de muchos tipos y con diferente grado de discapacidad y de dependencia.
Por fortuna, la ciencia ha avanzado mucho en estos últimos años y gracias a la rehabilitación temprana y al uso de las tecnologías, se consiguen recuperar alguna de las capacidades que el daño cerebral provocó.
También la incorporación de tratamientos que mejoran alguna de las secuelas permanentes han supuesto una clara mejoría en la calidad de vida del paciente. En muchos casos se alcanza un buen nivel de autonomía, lo que facilita la inclusión en el entorno personal, social y laboral.
”El 90% de los ictus se deben a factores modificables ligados a estilos de vida poco saludables, es decir factores que podemos corregir y cambiar.2”
Al menor signo de ictus, actúa rápido
De todos modos, el mejor ictus es aquel que no deja secuelas y hay que conocer la importancia de reaccionar a tiempo ante esta enfermedad. Para ello es importante que la población sepa identificar y actuar en caso de que se detecten señales de alarma a su alrededor:2
- 1. Parálisis y debilidad facial. Pida a la persona que sonría
- 2. Problemas de fuerza en un lado del cuerpo. Indíquele que levante los brazos.
- 3. Problemas del lenguaje. Solicite una respuesta a una pregunta sencilla.
Si ante cualquiera de estos controles notamos una reacción anormal, hay que actuar. Lo siguiente es llamar a los servicios de emergencia (112) y activar el protocolo “código ictus”.2 Recuerde que al hospital te deben llevar los servicios de emergencia porque todos los hospitales no están preparados para atender un ictus y los que están preparados no están siempre de guardia. El 112 son los únicos que conocen el hospital adecuado en cada momento.
No me gustaría olvidarme del entorno, de la familia y del cuidador principal de un afectado de ictus. Esta enfermedad no la padece en exclusiva el paciente: la vive y la sufre su entorno. En ocasiones provoca un impacto enorme en el núcleo familiar y social. Recuerda, el ictus nos impacta a todos.
Como ves, puedes hacer mucho para reducir el impacto del ictus en la sociedad. Si quieres conocer más sobre la enfermedad, cómo prevenirla y cómo actuar te invito a ver y compartir este video informativo: https://www.youtube.com/watch?v=DVL-ILFWiaI&t=5s
Por ti, por los tuyos, #frenoalictus.
referencias
1. La realidad del daño cerebral.pdf
2. https://www.frenoalictus.org/
3. https://www.sen.es/pdf/guias/Guia_oficial_para_el_diagnostico_y_tratamiento_del_ictus_2006.pdf
4. https://www.sen.es/images/2020/atlas/Atlas_del_Ictus_de_Espana_version_web.pdf
5. https://www.stroke.org.uk/what-is-stroke/what-can-i-do-to-reduce-my-risk
6. https://www.ine.es/jaxiT3/Datos.htm?t=7947
7. https://www.sen.es/actividades/91-articulos/2617-el-atlas-del-ictus