EN CLAVE SOCIAL

Migraña y arte

DESDE EL BEATO DE LIÉBANA A DALÍ, LA MIGRAÑA Y SU AURA HAN SIDO MOTIVO DE OBRAS MUY CONOCIDAS 

Por Juan José Ruiz Ezquerro. Jefe del Servicio de Neurología del Complejo Asistencial de Zamora.

Migraña y arte

Migraña y arteL a migraña, como cualquier enfermedad, además de las graves implicaciones personales, tiene importantes repercusiones sociales y laborales que inciden negativamente en la calidad de vida del paciente.

Al igual que en cualquier actividad laboral, la enfermedad puede influir (y de hecho lo hace) en la creatividad artística (pintura, escultura, literatura y música fundamentalmente) de manera negativa, pero, por otra parte, la enfermedad también puede ser fuente de inspiración y estímulo de la creatividad.

Si consultamos en la red, encontramos diversas listas que recogen personajes del mundo de las artes, “diagnosticados” de migraña. Copiadas y repetidas hasta la saciedad, sin ningún espíritu crítico ni la mínima comprobación.  En realidad, solo alguno de ellos cumple criterios diagnósticos de migraña. La ausencia de información de aspectos biográficos médicos, al igual que en la práctica clínica cuando nos falta la anamnesis, dificulta el diagnóstico unido a las escasas implicaciones de responsabilidad que supone el diagnóstico retrospectivo sin la posibilidad de queja por parte del paciente, favorecen el “error diagnóstico”.

En este juego de diagnóstico retrospectivo aplicado a artistas y literatos, la migraña comparte protagonismo con la epilepsia, formando el tándem de diagnóstico diferencial más frecuente, decantándose el triunfo por una u otra, según las afinidades e intereses del jugador.

Algunas obras, de algunos autores, suscitan al contemplarlas, el recuerdo de descripciones por parte de pacientes migrañosos, de su aura.

No podemos negar que algunas obras, de algunos autores, suscitan al contemplarlas, el recuerdo de descripciones por parte de pacientes migrañosos, de su aura. Es más, la representación gráfica del aura, realizada por migrañosos, con mayor o menor calidad artística, es muchas veces superponible a la que muestran algunas obras de artistas consagrados. Así nació el concepto de Aura como inspiración artística.

Es posible rastrear elementos o rasgos migrañosos, desde nuestra óptica actual (evidentemente sesgada) en algunas ilustraciones medievales especialmente en las correspondientes a los ejemplares conservados de los Comentarios al Apocalipsis de Beato de Liébana (s X-XIII) y en las de la obra de Santa Hildegarda de Bingen (1098-1179) (Abadesa de Bingen, nombrada Doctora de la Iglesia por Benedicto XVI en 2012).

También es posible encontrarlos en la obra de William Blake (1757-1827), poeta, grabador y pintor visionario.

Precursor del impresionismo, y admirado por todos los adscritos a esta corriente, William Turner (1775-1851), en su obra muestra evidentes elementos relacionables (interpretables) con (como) rasgos semiológicos de la migraña. Ello es especialmente notorio en su cuadro “Piazetta de Venezia”, pintado en 1835 que evoca las alteraciones visuales del aura migrañosa.

Claude Monet (1840-1926) dio nombre al movimiento impresionista. Su cuadro “Impresión. Sol naciente” pintado en 1872 marcó el nacimiento oficial de la corriente artística. Su nombre figura sistemáticamente en las listas de artistas migrañosos, sin otra justificación que la copia. En nuestra particular búsqueda de argumentos que justifiquen dicha inclusión, tal vez podamos encontrarlos, entre otros muchos cuadros, y en dependencia de lo estrictos que nos mostremos, además de en el cuadro inicial del movimiento (el citado “Impresión. Sol naciente”), en las series dedicadas a la Venecia y Londres (que tanto recuerdan a Turner) y especialmente en las 12 obras  sobre la “Estación de San Lázaro” (“Gare Sain- Lazare”) en las que las nubes de vapor de las locomotoras y el ambiente reproducen fielmente las alteraciones visuales de los migrañosos (visión borrosa, escotomas,…), de manera bastante parecida a la Piazetta de Venezia de Turner.

Salvador Dalí (1904-1989) ha sido, como no, etiquetado de migrañoso y la migraña considerada por algunos como una de sus musas. En algunos de sus cuadros la referencia al dolor de cabeza es explícita (las diferentes versiones tanto en dibujo como en óleo de “Cabeza estallando”

No falta, en ninguna lista de artistas migrañosos que se precie, la figura de Vincent van Gogh (1853-1890). Sistemáticamente se alude a su obra “Noche estrellada”, pintada en junio de 1889 en el Sanatorio (Manicomio) de St Paul de Mausole en Saint Remy de Provence, relacionando el cielo con elementos del aura migrañosa. Rasgos similares los encontramos en otras obras, como “Trigal con cuervos”, pintado poco después del anterior y poco antes de su suicidio. Se ha argumentado que Van Gogh ingresó en el sanatorio, entre otros motivos con el diagnóstico de “personalidad migrañosa”. Lo cierto es que el ingreso fue voluntario y que no disponemos de ninguna documentación que justifique el diagnóstico de migraña. En su abundante correspondencia con su hermano Theo, no menciona nunca el dolor de cabeza y solo existe una referencia totalmente vaga a “…en cuanto a lo de la cabeza, …..”

La lista sería interminable. Prácticamente en la obra de todos los pintores impresionistas podemos encontrar rasgos que remedan elementos del aura migrañosa.

George Pierre Seurat (1859-1891) fundador del neoimpresionismo y creador de la técnica pictórica del puntillismo y divisionismo, es otro de los pintores sobre diagnosticado de migraña. Diagnóstico también aplicado, y con idéntica justificación y fundamento, a su “discípulo” Paul Signac (1863-1935). Incluso se ha acuñado el término “efecto Seurat” para describir aquellas auras visuales experimentadas por algunos migrañosos que describen los objetos como conformados a base de puntos de colores sobre un fondo blanco.

Otras dos corrientes o movimientos artísticos (no exclusivamente pictóricos) también han sido relacionados con la migraña: surrealismo y cubismo.

Antes de acometer el surrealismo, es obligado citar a Giorgio de Chirico (1888-1978). Fundador de la escuela metafísica de pintura, los principales artistas surrealistas (Dali, Magrite, Ernst,…) reconocen su influencia. Figura imprescindible siempre que se hable de Neurología y Arte, de Chirico ha sido diagnosticado de migraña y también de epilepsia temporal (diagnóstico en opinión de quien escribe, y de otros muchos investigadores, más probable). En sus obras se reflejan algunos elementos semiológicos del aura migrañosa (escotomas, destellos centelleantes,…) que aparecen en obras pintadas a edad avanzada en la que no suele presentarse el aura. La lectura detenida de sus Memorias, publicadas en español en 2004 por Ed Síntesis, nos lleva más al diagnóstico de epilepsia que de migraña.

Entre los pintores más modernos, merecen consideración por su significación en el tema que nos ocupa, y siempre a juicio de quien escribe, Georgia
O´ Keeffe

Máximo exponente del surrealismo (por más que fuera expulsado del movimiento por su fundador André Breton en 1936), Salvador Dalí (1904-1989) ha sido, como no, etiquetado de migrañoso y la migraña considerada por algunos como una de sus musas. En algunos de sus cuadros la referencia al dolor de cabeza es explícita (las diferentes versiones tanto en dibujo como en óleo de “Cabeza estallando”). Sin embargo, una de sus obras más famosas “Persistencia de la memoria” pintada en 1931, se ha relacionado con la migraña y además se ha pretendido documentar como tal utilizando palabras del propio Dalí.

“Fue una noche en la que me sentía cansado y tenía un leve dolor de cabeza, lo cual es extremadamente raro en mí. Íbamos a ir a una película con unos amigos, y en el último momento decidí no ir. Gala iría con ellos y yo me quedaría en casa y me acostaría temprano. Habíamos rematado nuestra comida con un Camembert fuerte y, después de que todos se hubieran ido, permanecí un buen rato en la mesa meditando sobre los problemas filosóficos del «superblando» que el queso me presentaba. Me levanté y entré en mi estudio, donde encendí la luz para echar una última mirada, como es mi costumbre, al cuadro que estaba a medio pintar. Este cuadro representaba un paisaje cerca de Port Lligat, cuyas rocas estaban iluminadas por un crepúsculo transparente y melancólico; en primer plano un olivo con sus ramas cortadas y sin hojas. Sabía que la atmósfera que había logrado crear con este paisaje iba a servir de escenario para alguna idea, para alguna imagen sorprendente, pero no sabía en lo más mínimo lo que iba a ser. Estaba a punto de apagar la luz, cuando instantáneamente ‘vi’ la solución. Vi dos relojes blandos, uno de ellos colgando lamentablemente de las ramas del olivo. A pesar de que mi dolor de cabeza había aumentado hasta el punto de volverse muy doloroso, preparé con avidez mi paleta y me puse manos a la obra.”

De este texto, perteneciente a “Vida secreta de Salvador Dalí”, publicado en 1942, nos interesan dos cosas especialmente: una es que el artista no habla de migraña, sino de cefalea, por más que en algunas traducciones del texto se haya cambiado el término, y dos, Dalí nos dice que el dolor de cabeza es “extremadamente raro en él”. Aún en el supuesto que el texto hubiera hablado explícitamente de migraña, no hubiera sido significativo, dada la tendencia general a utilizar ese término para denominar genéricamente al dolor de cabeza, haciendo sinónimo migraña de cefalea (usando la parte por el todo). El creador del método paranoico-crítico, reconoce como inspiración “la blandura del queso”. En el resto de obras autobiográficas o biográficas de Dalí no se encuentra ninguna referencia a que hubiera padecido migrañas.

Por lo que respecta al cubismo, la figura fundamental, sin menospreciar a Braque o Gris entre otros, es Pablo Picasso (1881-1973).  Su relación con la migraña se ha descubierto tardíamente. A principios de siglo, en el Congreso Mundial de Cefaleas, celebrado en Londres, Ferrari y Haan presentaron una comunicación, que se publicó ese mismo año en Cephalalgia en la que, con el título de “Migraine aura, illusory vertical splitting, and Picasso” y partiendo de la similitud entre cuadros de Picasso y descripciones verbales e incluso representaciones gráficas realizadas por artistas profesionales o aficionados migrañosos de sus episodios de aura, especialmente las imágenes facetadas, o la “división vertical ilusoria”. Al igual que sucede con Dalí, en ninguna de las biografías de Pablo Picasso, ni en su abundante correspondencia, se encuentra ninguna referencia que sustente que padeció migrañas.    10 años después, tras ríos de tinta consumidos en la polémica, los autores pioneros en el tema se desdijeron, concluyendo que “aunque la idea sigue siendo fascinante, no hay pruebas de que Picasso padezca migraña con aura”. Aún así, recientemente se ha propuesto el término “síndrome de Picasso” para describir estas alteraciones.

Evidentemente disponemos de documentación sobre artistas actuales, mas o menos consagrados, con diagnóstico de migraña comprobado, en los que se ha analizado la presencia de los elementos migrañosos en su obra. La amplia colección Migraine Art Collection, dentro del proyecto Migraine Action, está constituida por más de 500 obras, accesibles en la red, en las que nos encontramos desde representaciones explícitas de crisis migrañosas, a obras que de alguna manera justifican lo que hemos mencionado anteriormente en relación con impresionismo, surrealismo y cubismo, sobre todo si tenemos en cuenta que las obras de la colección no están en absoluto inducidas por la teoría “Aura creativa” puesto que son muy anteriores a su iniciación y difusión, junto con otras obras de dudoso gusto estético.

Entre los pintores más modernos, merecen consideración por su significación en el tema que nos ocupa, y siempre a juicio de quien escribe, Georgia O´Keeffe (1887-1986) (de actualidad en nuestro país por la magna exposición que le dedica hasta el 8 de agosto del 21 en Museo Nacional Thyssen Bornemisza). Migrañosa confesa, ella misma reconoce el papel de sus auras en algunos de sus cuadros, en los que, por otra parte dicha influencia es reconocible aún sin las referencias de su autora.

Obras como “Nº 9 Special”, o “Cefalea en rojo y negro” (“Red and black headache”) pintados en 1916 son claros exponentes:

O’Keeffe en Memories of drawings comenta sobre su dibujo No. 9 Special:

“El dibujo nº 9 Especial es el dibujo de una cefalea. Era una cefalea verdaderamente mala, cuando dibujaba por la noche, sentada en el suelo frente a la puerta cerrada del armario. Bueno, ya que tengo dolor de cabeza, ¿por qué no hacer algo con él?”.

Acabamos este recorrido con la figura y la obra de Sarah Raphael (1960-2001), documentada y reconocida migrañosa, con obras en las que elementos procedentes de sus auras migrañosas son protagonistas evidentes y han sido objeto de investigación. Son notorias sus series Strip y Viajeros del tiempo.

A modo de moraleja, para finalizar:

“No es aconsejable acercarse a una obra de Arte, buscando connotaciones médicas, ni mucho menos pretendiendo averiguar a través de ella las enfermedades de su autor y, todavía más arriesgado, pretender establecer un diagnóstico exacto. Simplemente, disfruten.”

 

Bibliografía

  1. Sacks O. Migraine. Vintage Books, 1970.
  2. Atkinson RA, Appenzeller O. “Deer woman”. Headache 1978;17:229-232.
  3. Wilkinson M, Robinson D. Migraine art. Cephalalgia. 1985 Sep;5(3):151-7.
  4. Fuller GN, Gale MV. Migraine aura as artistic inspiration. BMJ. 1988 Dec 24-31;297(6664):1670-2.
  5. Podilla K, Bollig G, Vogtmann T, Pothmann R, Robinson D. Cenesthetic pain sensations illustrated by an artist suffering from migraine with typical aura. Cephalalgia. 1999 Jul;19(6):598-601.
  6. Ferrari MD, Haan J. Migraine aura, illusory vertical splitting, and Picasso. Cephalalgia. 2000 Oct;20(8):686.
  7. Podoll K, Robinson D. Migraine experiences as artistic inspiration in a contemporary artist. J R Soc Med. 2000 May;93(5):263-5.
  8. Jellinek E H. Inspired by migraine. J R Soc Med 2002;95:525.
  9. Podoll K, Ayles D. Inspired by migraine: Sarah Raphael’s ‘Strip!’ paintings. J R Soc Med. 2002 Aug;95(8):417-9.
  10. Nicola U, Podoll K. L’aura di Giorgio de Chirico. Arte emicranica e pittura metafisica. Ed Mimesis, 2003.
  11. Blanke O, Landis T. The metaphysical art of Giorgio de Chirico. Migraine or epilepsy?. Eur Neurol. 2003;50(4):191-4.
  12. Podoll K. Migraine Art In The Internet: A Study Of 450 Contemporary Artists. In: The Neurobiology of Painting, Edited by F. Clifford Rose, International Review of Neurobiology, 74: 89-107. 2006.
  13. Podoll K, Robinson D. Migraine Art: The Migraine Experience from Within. Berkeley, California, 2008.
  14. Haan J, Ferrari MD. Picasso’s migraine: Illusory cubist splitting or illusion?. Cephalalgia. 2011 Jul;31(9):1057-60.
  15. Lisotto C, Mainardi F, Maggioni F, Zanchin G. Did Picasso and De Chirico really suffer from migraine auras?. J Headache Pain. 2015 Dec;16(Suppl 1):A192.
  16. Haan J, Kaptein AA, Ter Meulen BC. Oliver Sacks and migraine. Cephalalgia. 2017 Sep;37(10):990-997.
Migraña y arte

L a migraña, como cualquier enfermedad, además de las graves implicaciones personales, tiene importantes repercusiones sociales y laborales que inciden negativamente en la calidad de vida del paciente.

Al igual que en cualquier actividad laboral, la enfermedad puede influir (y de hecho lo hace) en la creatividad artística (pintura, escultura, literatura y música fundamentalmente) de manera negativa, pero, por otra parte, la enfermedad también puede ser fuente de inspiración y estímulo de la creatividad.

Si consultamos en la red, encontramos diversas listas que recogen personajes del mundo de las artes, “diagnosticados” de migraña. Copiadas y repetidas hasta la saciedad, sin ningún espíritu crítico ni la mínima comprobación.  En realidad, solo alguno de ellos cumple criterios diagnósticos de migraña. La ausencia de información de aspectos biográficos médicos, al igual que en la práctica clínica cuando nos falta la anamnesis, dificulta el diagnóstico unido a las escasas implicaciones de responsabilidad que supone el diagnóstico retrospectivo sin la posibilidad de queja por parte del paciente, favorecen el “error diagnóstico”.

En este juego de diagnóstico retrospectivo aplicado a artistas y literatos, la migraña comparte protagonismo con la epilepsia, formando el tándem de diagnóstico diferencial más frecuente, decantándose el triunfo por una u otra, según las afinidades e intereses del jugador.

Algunas obras, de algunos autores, suscitan al contemplarlas, el recuerdo de descripciones por parte de pacientes migrañosos, de su aura.

No podemos negar que algunas obras, de algunos autores, suscitan al contemplarlas, el recuerdo de descripciones por parte de pacientes migrañosos, de su aura. Es más, la representación gráfica del aura, realizada por migrañosos, con mayor o menor calidad artística, es muchas veces superponible a la que muestran algunas obras de artistas consagrados. Así nació el concepto de Aura como inspiración artística.

Es posible rastrear elementos o rasgos migrañosos, desde nuestra óptica actual (evidentemente sesgada) en algunas ilustraciones medievales especialmente en las correspondientes a los ejemplares conservados de los Comentarios al Apocalipsis de Beato de Liébana (s X-XIII) y en las de la obra de Santa Hildegarda de Bingen (1098-1179) (Abadesa de Bingen, nombrada Doctora de la Iglesia por Benedicto XVI en 2012).

También es posible encontrarlos en la obra de William Blake (1757-1827), poeta, grabador y pintor visionario.

Precursor del impresionismo, y admirado por todos los adscritos a esta corriente, William Turner (1775-1851), en su obra muestra evidentes elementos relacionables (interpretables) con (como) rasgos semiológicos de la migraña. Ello es especialmente notorio en su cuadro “Piazetta de Venezia”, pintado en 1835 que evoca las alteraciones visuales del aura migrañosa.

Claude Monet (1840-1926) dio nombre al movimiento impresionista. Su cuadro “Impresión. Sol naciente” pintado en 1872 marcó el nacimiento oficial de la corriente artística. Su nombre figura sistemáticamente en las listas de artistas migrañosos, sin otra justificación que la copia. En nuestra particular búsqueda de argumentos que justifiquen dicha inclusión, tal vez podamos encontrarlos, entre otros muchos cuadros, y en dependencia de lo estrictos que nos mostremos, además de en el cuadro inicial del movimiento (el citado “Impresión. Sol naciente”), en las series dedicadas a la Venecia y Londres (que tanto recuerdan a Turner) y especialmente en las 12 obras  sobre la “Estación de San Lázaro” (“Gare Sain- Lazare”) en las que las nubes de vapor de las locomotoras y el ambiente reproducen fielmente las alteraciones visuales de los migrañosos (visión borrosa, escotomas,…), de manera bastante parecida a la Piazetta de Venezia de Turner.

Salvador Dalí (1904-1989) ha sido, como no, etiquetado de migrañoso y la migraña considerada por algunos como una de sus musas. En algunos de sus cuadros la referencia al dolor de cabeza es explícita (las diferentes versiones tanto en dibujo como en óleo de “Cabeza estallando”

No falta, en ninguna lista de artistas migrañosos que se precie, la figura de Vincent van Gogh (1853-1890). Sistemáticamente se alude a su obra “Noche estrellada”, pintada en junio de 1889 en el Sanatorio (Manicomio) de St Paul de Mausole en Saint Remy de Provence, relacionando el cielo con elementos del aura migrañosa. Rasgos similares los encontramos en otras obras, como “Trigal con cuervos”, pintado poco después del anterior y poco antes de su suicidio. Se ha argumentado que Van Gogh ingresó en el sanatorio, entre otros motivos con el diagnóstico de “personalidad migrañosa”. Lo cierto es que el ingreso fue voluntario y que no disponemos de ninguna documentación que justifique el diagnóstico de migraña. En su abundante correspondencia con su hermano Theo, no menciona nunca el dolor de cabeza y solo existe una referencia totalmente vaga a “…en cuanto a lo de la cabeza, …..”

La lista sería interminable. Prácticamente en la obra de todos los pintores impresionistas podemos encontrar rasgos que remedan elementos del aura migrañosa.

George Pierre Seurat (1859-1891) fundador del neoimpresionismo y creador de la técnica pictórica del puntillismo y divisionismo, es otro de los pintores sobre diagnosticado de migraña. Diagnóstico también aplicado, y con idéntica justificación y fundamento, a su “discípulo” Paul Signac (1863-1935). Incluso se ha acuñado el término “efecto Seurat” para describir aquellas auras visuales experimentadas por algunos migrañosos que describen los objetos como conformados a base de puntos de colores sobre un fondo blanco.

Otras dos corrientes o movimientos artísticos (no exclusivamente pictóricos) también han sido relacionados con la migraña: surrealismo y cubismo.

Antes de acometer el surrealismo, es obligado citar a Giorgio de Chirico (1888-1978). Fundador de la escuela metafísica de pintura, los principales artistas surrealistas (Dali, Magrite, Ernst,…) reconocen su influencia. Figura imprescindible siempre que se hable de Neurología y Arte, de Chirico ha sido diagnosticado de migraña y también de epilepsia temporal (diagnóstico en opinión de quien escribe, y de otros muchos investigadores, más probable). En sus obras se reflejan algunos elementos semiológicos del aura migrañosa (escotomas, destellos centelleantes,…) que aparecen en obras pintadas a edad avanzada en la que no suele presentarse el aura. La lectura detenida de sus Memorias, publicadas en español en 2004 por Ed Síntesis, nos lleva más al diagnóstico de epilepsia que de migraña.

Entre los pintores más modernos, merecen consideración por su significación en el tema que nos ocupa, y siempre a juicio de quien escribe, Georgia
O´ Keeffe

Máximo exponente del surrealismo (por más que fuera expulsado del movimiento por su fundador André Breton en 1936), Salvador Dalí (1904-1989) ha sido, como no, etiquetado de migrañoso y la migraña considerada por algunos como una de sus musas. En algunos de sus cuadros la referencia al dolor de cabeza es explícita (las diferentes versiones tanto en dibujo como en óleo de “Cabeza estallando”). Sin embargo, una de sus obras más famosas “Persistencia de la memoria” pintada en 1931, se ha relacionado con la migraña y además se ha pretendido documentar como tal utilizando palabras del propio Dalí.

“Fue una noche en la que me sentía cansado y tenía un leve dolor de cabeza, lo cual es extremadamente raro en mí. Íbamos a ir a una película con unos amigos, y en el último momento decidí no ir. Gala iría con ellos y yo me quedaría en casa y me acostaría temprano. Habíamos rematado nuestra comida con un Camembert fuerte y, después de que todos se hubieran ido, permanecí un buen rato en la mesa meditando sobre los problemas filosóficos del «superblando» que el queso me presentaba. Me levanté y entré en mi estudio, donde encendí la luz para echar una última mirada, como es mi costumbre, al cuadro que estaba a medio pintar. Este cuadro representaba un paisaje cerca de Port Lligat, cuyas rocas estaban iluminadas por un crepúsculo transparente y melancólico; en primer plano un olivo con sus ramas cortadas y sin hojas. Sabía que la atmósfera que había logrado crear con este paisaje iba a servir de escenario para alguna idea, para alguna imagen sorprendente, pero no sabía en lo más mínimo lo que iba a ser. Estaba a punto de apagar la luz, cuando instantáneamente ‘vi’ la solución. Vi dos relojes blandos, uno de ellos colgando lamentablemente de las ramas del olivo. A pesar de que mi dolor de cabeza había aumentado hasta el punto de volverse muy doloroso, preparé con avidez mi paleta y me puse manos a la obra.”

De este texto, perteneciente a “Vida secreta de Salvador Dalí”, publicado en 1942, nos interesan dos cosas especialmente: una es que el artista no habla de migraña, sino de cefalea, por más que en algunas traducciones del texto se haya cambiado el término, y dos, Dalí nos dice que el dolor de cabeza es “extremadamente raro en él”. Aún en el supuesto que el texto hubiera hablado explícitamente de migraña, no hubiera sido significativo, dada la tendencia general a utilizar ese término para denominar genéricamente al dolor de cabeza, haciendo sinónimo migraña de cefalea (usando la parte por el todo). El creador del método paranoico-crítico, reconoce como inspiración “la blandura del queso”. En el resto de obras autobiográficas o biográficas de Dalí no se encuentra ninguna referencia a que hubiera padecido migrañas.

Por lo que respecta al cubismo, la figura fundamental, sin menospreciar a Braque o Gris entre otros, es Pablo Picasso (1881-1973).  Su relación con la migraña se ha descubierto tardíamente. A principios de siglo, en el Congreso Mundial de Cefaleas, celebrado en Londres, Ferrari y Haan presentaron una comunicación, que se publicó ese mismo año en Cephalalgia en la que, con el título de “Migraine aura, illusory vertical splitting, and Picasso” y partiendo de la similitud entre cuadros de Picasso y descripciones verbales e incluso representaciones gráficas realizadas por artistas profesionales o aficionados migrañosos de sus episodios de aura, especialmente las imágenes facetadas, o la “división vertical ilusoria”. Al igual que sucede con Dalí, en ninguna de las biografías de Pablo Picasso, ni en su abundante correspondencia, se encuentra ninguna referencia que sustente que padeció migrañas.    10 años después, tras ríos de tinta consumidos en la polémica, los autores pioneros en el tema se desdijeron, concluyendo que “aunque la idea sigue siendo fascinante, no hay pruebas de que Picasso padezca migraña con aura”. Aún así, recientemente se ha propuesto el término “síndrome de Picasso” para describir estas alteraciones.

Evidentemente disponemos de documentación sobre artistas actuales, mas o menos consagrados, con diagnóstico de migraña comprobado, en los que se ha analizado la presencia de los elementos migrañosos en su obra. La amplia colección Migraine Art Collection, dentro del proyecto Migraine Action, está constituida por más de 500 obras, accesibles en la red, en las que nos encontramos desde representaciones explícitas de crisis migrañosas, a obras que de alguna manera justifican lo que hemos mencionado anteriormente en relación con impresionismo, surrealismo y cubismo, sobre todo si tenemos en cuenta que las obras de la colección no están en absoluto inducidas por la teoría “Aura creativa” puesto que son muy anteriores a su iniciación y difusión, junto con otras obras de dudoso gusto estético.

Entre los pintores más modernos, merecen consideración por su significación en el tema que nos ocupa, y siempre a juicio de quien escribe, Georgia O´Keeffe (1887-1986) (de actualidad en nuestro país por la magna exposición que le dedica hasta el 8 de agosto del 21 en Museo Nacional Thyssen Bornemisza). Migrañosa confesa, ella misma reconoce el papel de sus auras en algunos de sus cuadros, en los que, por otra parte dicha influencia es reconocible aún sin las referencias de su autora.

Obras como “Nº 9 Special”, o “Cefalea en rojo y negro” (“Red and black headache”) pintados en 1916 son claros exponentes:

O’Keeffe en Memories of drawings comenta sobre su dibujo No. 9 Special:

“El dibujo nº 9 Especial es el dibujo de una cefalea. Era una cefalea verdaderamente mala, cuando dibujaba por la noche, sentada en el suelo frente a la puerta cerrada del armario. Bueno, ya que tengo dolor de cabeza, ¿por qué no hacer algo con él?”.

Acabamos este recorrido con la figura y la obra de Sarah Raphael (1960-2001), documentada y reconocida migrañosa, con obras en las que elementos procedentes de sus auras migrañosas son protagonistas evidentes y han sido objeto de investigación. Son notorias sus series Strip y Viajeros del tiempo.

A modo de moraleja, para finalizar:

“No es aconsejable acercarse a una obra de Arte, buscando connotaciones médicas, ni mucho menos pretendiendo averiguar a través de ella las enfermedades de su autor y, todavía más arriesgado, pretender establecer un diagnóstico exacto. Simplemente, disfruten.”

 

Bibliografía

  1. Sacks O. Migraine. Vintage Books, 1970.
  2. Atkinson RA, Appenzeller O. “Deer woman”. Headache 1978;17:229-232.
  3. Wilkinson M, Robinson D. Migraine art. Cephalalgia. 1985 Sep;5(3):151-7.
  4. Fuller GN, Gale MV. Migraine aura as artistic inspiration. BMJ. 1988 Dec 24-31;297(6664):1670-2.
  5. Podilla K, Bollig G, Vogtmann T, Pothmann R, Robinson D. Cenesthetic pain sensations illustrated by an artist suffering from migraine with typical aura. Cephalalgia. 1999 Jul;19(6):598-601.
  6. Ferrari MD, Haan J. Migraine aura, illusory vertical splitting, and Picasso. Cephalalgia. 2000 Oct;20(8):686.
  7. Podoll K, Robinson D. Migraine experiences as artistic inspiration in a contemporary artist. J R Soc Med. 2000 May;93(5):263-5.
  8. Jellinek E H. Inspired by migraine. J R Soc Med 2002;95:525.
  9. Podoll K, Ayles D. Inspired by migraine: Sarah Raphael’s ‘Strip!’ paintings. J R Soc Med. 2002 Aug;95(8):417-9.
  10. Nicola U, Podoll K. L’aura di Giorgio de Chirico. Arte emicranica e pittura metafisica. Ed Mimesis, 2003.
  11. Blanke O, Landis T. The metaphysical art of Giorgio de Chirico. Migraine or epilepsy?. Eur Neurol. 2003;50(4):191-4.
  12. Podoll K. Migraine Art In The Internet: A Study Of 450 Contemporary Artists. In: The Neurobiology of Painting, Edited by F. Clifford Rose, International Review of Neurobiology, 74: 89-107. 2006.
  13. Podoll K, Robinson D. Migraine Art: The Migraine Experience from Within. Berkeley, California, 2008.
  14. Haan J, Ferrari MD. Picasso’s migraine: Illusory cubist splitting or illusion?. Cephalalgia. 2011 Jul;31(9):1057-60.
  15. Lisotto C, Mainardi F, Maggioni F, Zanchin G. Did Picasso and De Chirico really suffer from migraine auras?. J Headache Pain. 2015 Dec;16(Suppl 1):A192.
  16. Haan J, Kaptein AA, Ter Meulen BC. Oliver Sacks and migraine. Cephalalgia. 2017 Sep;37(10):990-997.