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Migraña crónica: una cefalea discapacitante

Mujer, entre 20 y 50 años, en pleno desarrollo personal y laboral, es el perfil mayoritario de las personas que sufren migraña. Además, los cambios hormonales hacen más susceptibles a las mujeres de padecer esta patología que, hoy por hoy, no tiene cura.1

Por Isabel Beltrán. Médico Especialista en Neurología, Hospital Universitario de Alicante.

Migraña y mujer, convivir con la enfermedad

La migraña es un trastorno neurológico que se caracteriza por episodios de dolor de cabeza (cefalea), generalmente intensos, que pueden ir acompañados de otros síntomas, como vómitos, náuseas, intolerancia a la luz y al sonido, hormigueos e incluso dificultades en el lenguaje, entre otros. Cuando la persona sufre cefalea durante 15 días o más al mes, de los cuales al menos 8 son típicamente sugestivos de migraña, a lo largo de tres meses consecutivos, se considera que padece migraña crónica. Esta es, sin duda, la forma más grave e incapacitante de la enfermedad2.

La migraña repercute en la vida familiar y laboral de la mujer

La migraña afecta aproximadamente a un 12% de la población española, lo que supone más de 4.5 millones de personas, de los cuales un millón sufren migraña crónica2,3. Aunque tanto hombres como mujeres pueden padecer migraña, diversos estudios han constatado que estas últimas son más susceptibles de padecerla. De hecho, se estima que el 80% de los afectados son mujeres1,3.

El perfil mayoritario del paciente con migraña es una mujer de entre 20 y 50 años, en pleno desarrollo familiar y laboral. El impacto que tiene esta enfermedad en la calidad de vida de la mujer es muy alto, ya que afecta a muchos ámbitos de la vida diaria, como el laboral, social y familiar1,3,4,5.
En el ámbito laboral, la incapacidad que causa la migraña puede provocar absentismo laboral de hasta 14,6 días al año para personas con migraña crónica. También puede conllevar presentismo laboral, implicando una pérdida de productividad de hasta un 50%. Las mujeres, en estos casos, tienden a “aguantar” y trabajar pese a su dolor y malestar, aumentando su sufrimiento y bajando su rendimiento1,4.

Está demostrado, pues, que la migraña se da más en mujeres y aunque todavía siguen sin conocerse las causas exactas se sabe que el factor hormonal resulta fundamental.

En el Libro Blanco de la Migraña en España, se destaca también que el 25% de los pacientes declara haber perdido su empleo como consecuencia de padecer esta enfermedad y un 43% afirma que la migraña les ha impedido acceder a un trabajo o renovar un contrato.

Por último, hay que sumar la ansiedad y la depresión que pueden aparecer en la mujer debido a la discapacidad que acompaña a la migraña y al temor constante a tener episodios migrañosos, muchas veces impredecibles, creando lo que se conoce como ansiedad anticipatoria ante las crisis, lo que provoca aislamiento social1,4.

Por todo ello, la migraña es una enfermedad estigmatizada. No existe suficiente conocimiento en la sociedad de la gravedad y de la carga que supone esta enfermedad para las personas afectadas ya que apenas es visible externamente. Esto hace que muchas veces se infravalore el malestar de la persona1.

La migraña y los cambios hormonales

Está demostrado, pues, que la migraña se da más en mujeres y aunque todavía siguen sin conocerse las causas exactas se sabe que el factor hormonal resulta fundamental. De hecho, la prevalencia es similar en niños y en niñas antes del inicio de la menstruación y a partir de ahí va aumentando en la mujer2 Esta influencia tiene periodos especiales:

  • Menstruación: Hasta un 50% de las mujeres con migraña presentan crisis relacionadas con el periodo peri-menstrual (días antes, durante y días después). Suelen ser más intensas, prolongadas, bastante invalidantes y menos respondedoras a los tratamientos que los episodios fuera de este periodo2,6,7. En ocasiones (aunque no siempre) existe una relación causa-efecto con los anticonceptivos hormonales: si una mujer empieza a tomar uno y presenta un empeoramiento de su migraña o comienza a tener síntomas que no tenía antes (por ejemplo, auras) será necesario coordinarse con su especialista en ginecología y buscar el tratamiento más adecuado para la paciente6,7.
  • Embarazo: Durante el primer trimestre los especialistas en Neurología intentamos que las pacientes no tomen ningún tipo de medicación para evitar un posible defecto congénito en la gestación del feto. Sin embargo, a partir del 2º trimestre de embarazo, los niveles hormonales se estabilizan y en la mayoría de los casos se produce una mejoría de la migraña, que puede perdurar hasta la lactancia (un periodo en el que la prolactina que genera la mujer ejerce también un efecto protector)8. Esta mejoría durante el embarazo no se cumple tanto en las mujeres que sufren migraña con aura o migraña crónica, por lo que hay pacientes que precisan medicación. De hecho, este mismo año, el Grupo de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología ha elaborado una guía con las recomendaciones consensuadas acerca de los protocolos terapéuticos que se deben emplear durante el embarazo y la lactancia.
  • Perimenopausia y menopausia: Es uno de los periodos más difíciles para las mujeres con migraña a causa de las fluctuaciones hormonales estrogénicas que se producen. Es frecuente que progresen hacia una migraña crónica y constituyen un elevado porcentaje de pacientes de las Unidades de Cefaleas2,9. Muchas pacientes tienen la esperanza de que cuando alcancen la menopausia, la migraña que sufren disminuirá o incluso desaparecerá, a raíz de haber escuchado a otras mujeres asegurar que “cuando tuve la menopausia se me fue y estoy fenomenal desde entonces”, pero no ocurre en muchas de ellas. Se trata de mujeres de alrededor de 50-55 años con los cambios propios de este periodo de la vida (aumento de peso, sofocos, insomnio, desánimo…) que además presentan una migraña crónica y siguen siendo laboralmente activas, lo que les ocasiona una marcada discapacidad. Deben consultar con ginecología para valorar tratamiento farmacológico o de soporte9,10.

Cuidarse, manteniendo un estilo de vida saludable, clave en la migraña

La migraña actualmente no tiene cura, pero sí se pueden tomar una serie de medidas para intentar reducir su impacto y mejorar la calidad de vida de la mujer afectada11.

La primera de ellas es concienciarse de la gravedad que supone padecer migraña y no normalizarlo como un simple dolor de cabeza. Si una mujer sufre crisis de migraña con frecuencia debe consultar a su médico para encontrar una solución que le permita tomar el control de su patología y convivir con ella.

A la hora de acudir a la consulta, es aconsejable que las pacientes preparen un calendario de cefalea, una herramienta necesaria para identificar la duración de los episodios de migraña y sus características, para así lograr que la consulta sea más eficiente y establecer un régimen terapéutico más adecuado.

Ante cualquier duda consulte a su médico y si desea buscar información acuda a fuentes fiables como la proporcionada por la Asociación Española de Migraña y Cefalea (AEMICE)

Es importante incluir también información sobre el tratamiento usado durante las crisis, grado de repercusión y posibles hábitos de vida o situaciones de su día a día que pueden sospechar que desencadenan o afectan a su migraña. Por último, es necesario informar al especialista del estilo de vida que la paciente sigue, como los hábitos alimenticios, la práctica de ejercicio o sus horarios y tiempo dedicado al descanso. Con este tipo de información, el especialista se puede orientar a la hora de comenzar con un posible tratamiento.

En “Migraña: guía para pacientes” se recogen algunas medidas de buenos hábitos:

  • Hábitos alimenticios: llevar una dieta saludable, que evite alimentos procesados, cafeína y alcohol; cumplir unos horarios de comidas y estar bien hidratados. Evitar sobrepeso.
  • Practicar deporte moderado: el ejercicio físico regular y de una intensidad media es favorable para el estado de salud. Entre sus beneficios se encuentra: mejoría del sueño, reducción del estrés y sensación de bienestar.
  • Relajación y meditación: el estrés presente en nuestro día a día y, a veces más en los pacientes con migraña, puede reducirse con actividades que fomenten la relajación como el yoga, el mindfulness o la meditación.
  • Horario de dormir: Mantener un horario fijo de irse a la cama y despertarse, incluso los fines de semana, durmiendo unas siete-ocho horas, también ayuda al cuerpo a combatir la migraña.
  • Evitar consumo excesivo de analgésicos por cuenta propia.

Todas estas medidas son útiles para mejorar la calidad de vida de las mujeres con migraña y todas ellas, de manera combinada, pueden dar mejores resultados que de manera aislada12.

Por último, es relevante siempre que, ante cualquier duda, la paciente consulte a su médico y si desea buscar información acuda a fuentes fiables como la proporcionada por la Asociación Española de Migraña y Cefalea (AEMICE) en su web dolordecabeza.net o en otras que pueda proporcionarle el médico de atención primaria y el neurólogo. Lo más importante de todo es que la paciente no se resigne, consulte y busque una solución para poder convivir mejor con su migraña.

 

Referencias

  1. Referencias: Libro Blanco de la Migraña en España. 2021. https://www.dolordecabeza.net/wp-content/uploads/2021/11/Libro_Blanco_Migrana_Espana_2021.pdf
  2. Santos Lasaosa S, Rosich PP, Nieto RB, Latorre González G, González Oria C. Manual de Práctica Clínica en Cefaleas. Recomendaciones diagnóstico terapéuticas de la Sociedad Española de Neurología en 2020. https://www.sen.es/pdf/2020/ManualCefaleas2020.pdf
  3. Garrido Cumbrera M, Gálves Ruiz D, Braçe O, Nieblas Rosado MI, Delgado Domínguez CJ, Colomina I, et al. Impacto y situación de la Migraña en España: Atlas 2018. (Universidad de Sevilla, ed.). AEMICE; 2018. Disponible en. https://www.dolordecabeza.net/wp- content/uploads/2018/11/3302.-Libro-Atlas-Migraña_baja.pdf
  4. Steiner TJ, Stovner LJ, Jensen R, Uluduz D, Katsarava Z. Migraine remains second among the world’s causes of disability, and first among young women: findings from GBD2019. J Headache Pain. 2020;21(1):137. https://doi.org/10.1186/s10194-020-01208-0
  5. Pozo-Rosich P, Torres-Ferrus M. When does chronic migraine strike? Cephalalgia. 2020; 40(4):411-412. https://doi.org/10.1177/0333102419885375
  6. Hida del C. Nierenburg, MD; Jessica Ailani, MD; Michele Malloy, MALIS; Sara Siavoshi, MD; Nancy N. Hu, MD; Nadia Yusuf, MD. Systematic Review of Preventive and Acute Treatment of Menstrual Migraine Headache. 2015;55(8):1052-1071.
  7. Sacco et al. Hormonal contraceptives and risk of ischemic stroke in women with migraine: a consensus statement from the European Headache Federation (EHF) and the European Society of Contraception and Reproductive Health (ESC). The Journal of Headache and Pain (2017) 18:108 https://doi.org/10.1186/s10194-017-0815-1
  8. González-García N, et al. Cefalea: embarazo y lactancia. Recomendaciones del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología (GECSEN). Neurología 2022; 37 (1): 1-12. https://doi.org/10.1016/j.nrl.2018.12.003
  9. MacGregor E. Anne. Menstrual and perimenopausal migraine: A narrative review. Maturitas 2020; 142: 24–30
  10. Ripa P, Ornello R, Degan D, Tiseo C, Stewart J, Pistoia F, Carolei A, Sacco S. Migraine in menopausal women: a systematic review. Int J Womens Health. 2015 Aug 20;7:773-82. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4548761/pdf/ijwh-7-773.pdf
  11. Migraña: Guía para pacientes. Dra. Pilar Alcántara Miranda. Servicio de Neurología. Hospital Universitario de Torrejón (Madrid). Asociación Española de Migraña y Cefalea y Asociación Madrileña de Neurología. https://www.amn-web.com/wp-content/uploads/2021/04/guia-migrana-ok.pdf
  12.  Understanding the link between obesity and headache with focus on migraine and idiopathic intracranial hypertension. Westgate et al. The Journal of Headache and Pain (2021) 22:123 https://doi.org/10.1186/s10194-021-01337-0